martes, 29 de noviembre de 2011

Alguien cría un chancho del otro lado de la medianera que da a mi habitación, detrás de la pared donde está mi biblioteca (vaya frontera…). 
Después de haber estado escuchando esa especie de ronquido sobrehumano  inidentificable desde hace noches, a esta altura, estoy casi segura de que es porcino.
Lo más extraño es que en la casa lindera,  el espacio donde mora el porco también es una habitación.
Me impresiona pensar que podemos estar enfrentados cara a cara pared de por medio el cerdo y yo, sólo separados por mi colección del Diario de poesía y unos cuantos ladrillos,  me quita el sueño.